Errores comunes al comprar una casa
Comprar una casa es un gran paso. Para algunos es el inicio de una nueva etapa, para otros una inversión a largo plazo o el sueño de toda una vida. Pero lo que debería ser motivo de ilusión, a veces se convierte en una pesadilla por culpa de errores que, sinceramente, se pueden evitar con un poco de información y otro poco de sentido común.
Hoy quiero contarte los errores más comunes que se cometen al comprar una vivienda y darte algunos consejos prácticos para que tú no caigas en ellos. Vamos paso a paso.
Enamorarse a primera vista… y olvidar lo importante
A todos nos ha pasado: entras en una casa y te deslumbra. La luz, el suelo de madera, la cocina abierta… y ya te imaginas desayunando ahí, como en una película, como norma común, los que nos dedicamos a la gestión inmobiliaria siempre decimos al comprador cuando realiza una visita que frene sus emociones delante del propietario, sean positivas o negativas y que luego compartiremos opiniones. El problema es que cuando te enamoras, dejas de ver fallos que saltarían a la vista con la cabeza fría.
¿Cómo evitarlo?
Antes de ir a visitar casas, haz una lista con tus prioridades reales. Cosas que de verdad necesitas: número de habitaciones, zona, orientación, transporte, colegios si tienes hijos, etc.
Y durante la visita, lleva otra lista con puntos técnicos a revisar:
- ¿Hay humedades?
- ¿Cómo están las ventanas?
- ¿Y la instalación eléctrica?
- ¿Las paredes tienen grietas?
- ¿Qué antigüedad tiene el edificio?
No te dé miedo preguntar. Estás a punto de hacer una inversión muy importante. Una cocina bonita se puede reformar… una estructura con problemas, no tanto.
No calcular todos los gastos reales
Muchas veces, cuando alguien dice “he encontrado una casa por 120.000 €”, no está contando todo.
Comprar una casa implica mucho más que pagar el precio al propietario. Hay gastos de notaría, impuestos, gestoría, tasación, seguros, reformas, mudanza…
¿Cómo evitarlo?
Suma entre un 10% y un 15% extra al precio de compra. Así:
- Notaría y registro
- Impuesto de transmisiones (si es de segunda mano) o IVA (si es nueva)
- Gastos de hipoteca, si la hay
- Reformas mínimas (aunque parezca que está para entrar a vivir)
- Muebles y electrodomésticos que no estén incluidos
- Mudanza
- Suministros
No hay nada peor que firmar la compra… y darte cuenta de que no puedes pagar la cocina porque no lo habías calculado o aún mas importante, que hay impuestos que no puedes aplazar y no sabes que hacer en ese momento.
Comprar con la vista puesta solo en el presente
Una casa no es algo que se compra para un par de años, sea como residencia o como inversión. Es algo que, en muchos casos, vas a tener durante décadas. Por eso, pensar solo en lo que necesitas hoy es un error.
¿Cómo evitarlo?
Piensa en tu vida dentro de 5 o 10 años:
- ¿Planeas tener hijos?
- ¿Tu trabajo es estable o es probable que cambies de ciudad?
- ¿Necesitarás un espacio extra para trabajar desde casa?
- ¿La casa tiene potencial de revalorización?
Una casa ideal hoy puede ser un problema mañana si no lo piensas con perspectiva.
No estudiar la zona ni conocer al vecindario
Puedes tener la mejor casa del mundo… en el peor sitio posible. Porque la vivienda no es solo la vivienda: es el entorno. Muchas personas no se molestan en conocer el barrio más allá de lo que se ve en la visita.
¿Cómo evitarlo?
Haz un pequeño trabajo de investigación:
- Visita la zona en distintos días y horas. De día, de noche, en fin de semana.
- Pregunta a vecinos o comerciantes: ¿es tranquila la calle?, ¿hay mucho ruido?, ¿hay conflictos?
- Revisa si hay servicios cerca: transporte público, centro de salud, supermercados, colegios.
- Investiga planes urbanísticos: no sea que vayan a construir una autopista al lado.
Una buena casa en una mala zona puede arruinarte la experiencia.
Ir con prisas o dejarse llevar por la presión
Este es un clásico: “hay más interesados”, “si no firmas hoy, la pierdes”, “el banco te da la hipoteca, pero hay que correr”.
Las prisas son las peores consejeras cuando vas a hacer una compra de este tamaño.
¿Cómo evitarlo?
Tómate tu tiempo. Si una casa se va, vendrá otra. De verdad.
Asegúrate de:
- Revisar bien toda la documentación
- Entender cada cláusula del contrato
- Comparar varias opciones
Recuerda: comprar mal es más caro que alquilar un par de meses más.
No revisar la legalidad del inmueble
Parece mentira, pero pasa: hay quien compra una vivienda que no tiene la escritura correcta, o que tiene ampliaciones ilegales, o que está embargada o con cargas. Y claro, luego vienen los sustos.
¿Cómo evitarlo?
- Pide nota simple registral: te dirá si hay hipotecas, embargos, dueños reales, etc.
- Comprueba que lo construido está legalizado y coincide con lo que aparece en el Catastro.
- Si hay ampliaciones o reformas, asegúrate de que están declaradas.
- Si es un terreno, comprueba su calificación urbanística: no todo terreno es urbanizable.
Aquí, contar con un profesional te puede ahorrar más de un disgusto.
No dejarse asesorar por profesionales de confianza
En un intento por ahorrar, muchos deciden hacerlo todo solos: buscar, negociar, revisar documentos, gestionar la hipoteca… Pero seamos claros: es imposible saber de todo, y un pequeño error puede salir muy caro.
¿Cómo evitarlo?
Rodéate de gente honesta y con experiencia:
- Un buen agente inmobiliario (que mire por ti, no solo por vender)
- Un abogado que revise los contratos
- Un arquitecto o técnico que evalúe el estado real de la casa
A veces, pagar un poco más te da tranquilidad, respaldo legal y claridad.

No entender bien la hipoteca
Este punto da para otro artículo entero. Mucha gente acepta la primera hipoteca que le ofrecen sin mirar condiciones, sin negociar, sin entender términos como TAE, tipo fijo, tipo variable, carencia, amortización anticipada…
¿Cómo evitarlo?
- Compara varias ofertas de bancos.
- Calcula no solo la cuota mensual, sino el coste total a lo largo del préstamo.
- Pregunta si puedes amortizar antes sin penalizaciones.
- Asegúrate de que puedes asumir la cuota incluso si suben los intereses.
Una hipoteca mal elegida te puede encadenar durante años.
En resumen: compra con cabeza, corazón… y acompañamiento
Comprar una casa no es fácil. Pero tampoco tiene por qué ser una odisea. La clave está en ir paso a paso, informarte bien, y rodearte de gente que te ayude, no que te presione.
Si estás en ese punto de tu vida en el que quieres comprar casa, o conoces a alguien que lo esté, compártelo. Esta información puede marcar la diferencia entre una compra feliz… y un drama con hipoteca.
Y si necesitas ayuda, consejo o quieres que alguien te acompañe en este camino, aquí estamos. Sin compromiso. Como se hace entre amigos.
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